MADRID, 25 (SERVIMEDIA)
El Banco de España no ve, por el momento, «señales de desequilibrios pronunciados» en el mercado inmobiliario español ni en la aplicación de criterios de concesión laxos por parte de los bancos, pero pide «monitorizar con atención» el mercado en España dado el «importante peso relativo de las exposiciones vinculadas al sector inmobiliario en los bancos de nuestro país» y una serie de factores compartidos que explican el aumento de los precios de la vivienda en la zona del euro.
En un artículo en el que analiza el mercado de la vivienda en el área del euro publicado este lunes, el organismo considera que la posibilidad de una «cierta» transmisión de los desequilibrios inmobiliarios dentro del área del euro «supone una fuente de riesgo relevante para el sector bancario español» y apuesta por «evaluar cuidadosamente la disposición de los recursos de absorción de pérdidas suficientes» ante la posibilidad de esa transmisión de los efectos de los desequilibrios inmobiliarios en la eurozona.
Si bien, la Junta Europea de Riesgo Sistémico (JERS) ha emitido alertas a distintos países y recomendaciones para corregir desequilibrios en el sector inmobiliario, España no ha sido objeto de ninguna.
El Banco de España apunta que los países con desequilibrios en sus mercados inmobiliarios muestran flujos de concesión de hipotecas nuevas que duplican los del resto del área del euro, incluida España, y que el crecimiento del crédito hipotecario nuevo en España fue especialmente significativo en 2021, con tasas superiores al 40% en la parte final del año. Sin embargo, debido a los niveles reducidos de los que partía, la ratio del flujo anual de crédito nuevo sobre el PIB se mantiene alineada con la del resto de los países del área del euro en los que la JERS no ha encontrado desequilibrios inmobiliarios sistémicos.
Pese a las recomendaciones, el Banco de España destaca que los desequilibrios inmobiliarios han seguido incrementándose en algunas economías y aboga por «endurecer las medidas existentes o poner en marcha medidas nuevas, ante un aumento de las vulnerabilidades».
Del análisis que realiza concluye que, en principio, la regulación de los mercados inmobiliarios o la huella dejada por la crisis financiera global «difícilmente podrían explicar este factor común» de aumento de los precios, dada su heterogeneidad entre países. En cambio, ve mayor sincronía en la posición cíclica y, sobre todo, en las condiciones de financiación laxas en un entorno de tipos de interés reducidos.
Así, apunta que, en el análisis de componentes principales, el primer componente común explica entre un 50% y un 60% de las variaciones de precios de la vivienda. Este primer componente también explica un porcentaje muy elevado de la variabilidad de los precios de la vivienda en España (en torno al 60%, una proporción superior a la del resto de los países del área del euro con menores vulnerabilidades). Por tanto, «la presencia de un ciclo común es más acusada en las economías con mayores desequilibrios, pero está también presente en el resto y, de manera particular, en España».
Por su parte, el segundo componente explica entre un 15% y un 30% de las variaciones, y es más relevante para España y el resto de los países del área del euro sin alertas. Este componente genera una dinámica común diferenciada para los países sin alertas.