MADRID, 01 (SERVIMEDIA)

La Policía Nacional ha desarticulado una banda, afincada en la provincia de Barcelona, que cometía estafas bancarias mediante la técnica del ‘SIM swapping’ o duplicado de tarjetas de móviles, algo que le permitía contestar a los SMS que envían las entidades financieras para hacer operaciones.

Según informó este jueves la Policía, los agentes han detenido a 55 personas, entre las que se encuentra uno de los dirigentes de la banda conocida como ‘Black Panthers’.

Los hechos han dejado alrededor de 100 afectados y un volumen de fraude de unos 250.000 euros repartidos por toda España.

Tras obtener el duplicado de la tarjeta SIM del teléfono de la víctima, los autores tenían acceso a los códigos de verificación que los bancos envían a sus clientes mediante SMS para confirmar una transferencia de dinero. Eso les permitía vaciar las cuentas de los afectados.

VARIAS TÉCNICAS

Las primeras pesquisas se iniciaron cuando los agentes tuvieron conocimiento de la existencia de una organización criminal, afincada en Barcelona, altamente especializada en la comisión de estafas bancarias y financieras, entre otros delitos.

El grupo criminal constaba de una estructura en red, formada por células de actuación interconectadas y perfectamente definidas, cuya división de tareas atendía al conocimiento, la accesibilidad a la información robada y la experiencia. Concretamente, estaba compuesta por cuatro grupos diferenciados, pero con negocios comunes, todos ellos relacionados con las estafas bancarias a nivel nacional.

Los investigados se hacían con el control de los números de teléfono móvil de las víctimas mediante la realización ilegítima de un duplicado de sus tarjetas SIM (‘SIM swapping’). Para ello, se valían de técnicas de ‘phishing’ (emails o anuncios fraudulentos) o ‘vishing’, consistente en engañar a las operadoras telefónicas para facilitar las contraseñas de clientes.

Quizás también te interese:  Moneda y teoría del valor

Una vez suplantaban la identidad de los usuarios, se hacían con el control de la banca electrónica de sus víctimas y realizaban transferencias fraudulentas a una red de colaboradores o ‘mulas’ repartidos por toda la costa levantina que remitían el dinero a la organización a cambio de una contraprestación. El uso combinado de ambas técnicas les permitía acceder a los fondos de las cuentas de las víctimas, de los que disponían hasta agotar el saldo existente.

Con el avance de la investigación, los agentes constataron que la organización también se valía de miembros de una segunda célula de actuación especializada en la comisión de estafas mediante las modalidades de ‘carding’ (clonado de tarjetas bancarias) y obtención de información personal mediante ingeniería social.