Las nuevas tecnologías han ayudado sobremanera a sobrellevar la pandemia y las restricciones impuestas para paliar la propagación de un virus que ha marcado un hito y del que todavía no hemos conseguido deshacernos ni se sabe si será posible hacerlo.

El comercio online se disparó, también el consumo de contenidos a través de las diversas plataformas, las videollamadas nos acercaban un poco más a los nuestros, el trabajo se trasformó en teletrabajo y las reuniones ya no se hacían de forma de presencial, sino de forma telemática.

Sin embargo, y tal y como comentan desde Administradores de Fincas Tenerife, “resulta paradójico que en la era de la digitalización y con una crisis sanitaria a nivel mundial las reuniones de las comunidades de propietarios no se pudieran realizar de forma telemática”.

No obstante, y gracias al esfuerzo conjunto de administradores de fincas colegiados de todo el país esto cambió a principios del mes de mayo, cuando el Consejo de Ministros aprobó el Real Decreto-ley 8/2021, de 4 de mayo, por el que se adoptan medidas urgentes en el orden sanitario, social y jurisdiccional.

“Entre las principales novedades que introduce el prelado Real Decreto-ley se incluye la suspensión de la obligación de convocar juntas de propietarios hasta el 31 de diciembre de este 2021, prorrogándose los presupuestos y los cargos hasta dicha fecha”.

“La segunda de las novedades, que resulta esencial en la actualidad, es que las reuniones de las comunidades de propietarios que sea necesario convocar podrán celebrarse de forma telemática o incluso se hace posible tomar acuerdos mediante consultas por escrito, sin necesidad de juntas”.

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En cualquier caso, estas medidas tan básicas y necesarias en la actualidad, no son sino el resultado del esfuerzo y empeño de los administradores de fincas colegiados, pues de otro modo estas medidas tan aplaudidas no serían posibles.

Y es que, si antes de la pandemia ya resultaba complicado llevar a cabo juntas y reuniones para tratar los asuntos relativos a la comunidad, durante este último año las cosas se complicaron mucho más, y el hecho de no poder emplear medios distintos de los presenciales, dificultó enormemente la tarea de los administradores de fincas.