Sorprendentemente, hay una nueva tendencia a la hora de valorar las razones de la petición de crédito. Ante un escenario en el que la mortalidad ha ascendido considerablemente durante el 2020, son muchos los familiares que han optado por solicitar préstamos para la aceptación de herencia.
¿Por qué? Porque una vez se pone en marcha el trámite sucesorio, es necesario liquidar, según cada Comunidad Autónoma, los impuestos que derivan de esa sucesión. Y esto, en algunos casos, puede suponer un problema teniendo en cuenta que, para acceder a un patrimonio y cuentas que podría ayudar a salir adelante, es necesario hacer el pago por adelantado teniendo en cuenta que la capacidad de ahorro de los españoles desde la anterior crisis ha sido bastante complicada.
Para hacerse a una idea de las cuantías, actualmente este gravamen supone para las arcas 2780 millones de euros anuales, lo que lo sitúa en un 0,3% del PIB nacional, tan solo una décima por encima la media de la Unión Europea. Pese a esto, lo cierto es que la fama que tiene no es muy positiva entre la sociedad y entre algunos de los partidos que buscan su derogación y eliminación.
aunque se ha hablado mucho de las deudas millonarias de no hacer frente a este impuesto y que sigue acumulando intereses o incluso al hecho de que haya cierto porcentaje de familias que renuncian a ello, lo cierto es que el porcentaje más alto es capaz, ya sea por ahorro o bien actualmente vía crédito, de hacer frente a las obligaciones fiscales para poder acceder a la herencia y legado de sus familiares o amigos.
Para empezar, es necesario conocer si existía testamento o bien si tendrá que declararse ab intestato, es decir, que un notario tenga que hacer el reparto acorde con la legislación y herederos correspondientes. En ese momento, se deben incluir todos los bienes disponibles, así como la información bancaria que facilitaría las cuentas del finado para poder liquidar acorde con la masa hereditaria. La recomendación suele ser, porque en algunos casos también concurren deudas, aceptar la herencia a beneficio de inventario, para garantizar que no incurre en pérdidas el heredero a las que tuviera que hacer frente como tal.
Sea como sea, siempre hay fórmulas para poder hacerle frente al legado.