– El gobernador de la institución insiste en ligar la evolución de los salarios a la inflación subyacente, que no incluye precios energéticos
MADRID, 26 (SERVIMEDIA)
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, pidió este martes «compromisos explícitos de moderación de los márgenes empresariales», al tiempo que insistió en desligar la evolución de los precios de la energía de la revalorización de los salarios.
Así se expresó De Cos en el 50 aniversario de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Sevilla, donde destacó la necesidad de alcanzar un pacto de rentas en España para hacer frente al impacto de la guerra que sufre Ucrania en la economía española.
«La guerra va a dañar, a través de varios canales, la continuidad de la recuperación económica que venía desarrollándose gradualmente tras la pandemia, por mucho que la intensidad de estos efectos negativos solo podamos, por el momento, estimarla con gran incertidumbre», apuntó de Cos, quien aclaró que «el impacto dependerá» de la duración del conflicto.
En este sentido, recordó que la institución que dirige acaba de reducir las previsiones de crecimiento para la economía española por debajo del 5%, mientras que ha elevado las previsiones de inflación media para este año por encima del 7%, si bien espera que a partir del segundo trimestre el alza de los precios comience a moderarse. En concreto, la inflación se situaría este año en el 7,5% y en el 2% en 2023.
Ante esta situación, el gobernador destacó la relevancia de dar una respuesta «común» en la Unión Europea, aunque también puso el acento en la importancia de las medidas que se adopten a nivel nacional.
POLÍTICA FISCAL
No obstante, advirtió de que «el margen de actuación de la política fiscal está constreñido por los elevados niveles alcanzados de endeudamiento y déficit públicos estructural».
Por ello, sostuvo que «es importante que la política fiscal nacional haga uso de su capacidad para actuar de forma muy granular y focalizada hacia hogares, empresas y sectores más vulnerables a esta combinación de perturbaciones, que en muchos casos todavía no se habían recuperado plenamente de los efectos adversos de la pandemia».
A su juicio, los agentes objeto de la actuación de la política fiscal han de ser los hogares de rentas más bajas, que son los que más sufren el impacto de la inflación, y las empresas más intensivas en energía.
Asimismo, declaró que resultaría «conveniente» incidir de manera más decidida en la formulación de un «compromiso creíble con la estabilidad presupuestaria a medio plazo». Ello contribuiría, en su opinión, a «limitar los riesgos de tensiones en los mercados financieros que un contexto de elevada incertidumbre como el actual podría alimentar».
PACTO DE RENTAS
El gobernador del Banco de España volvió a defender un pacto de rentas y dijo que «los costes deben repartirse entre todos los agentes implicados», ya que «en el caso extremo» de que las empresas quisieran cargar el peso en exclusiva a los trabajadores, los hogares reducirían su poder de consumo. Mientras, si los empleados trataran de que las empresas aguantaran todo el peso de las dificultades económicas, se pondría en riesgo la «supervivencia» de las empresas y se podría traducir en «pérdidas de empleo y de bienestar».
Para De Cos, empresas y trabajadores sí están repartiéndose en la actualidad el coste de las consecuencias de la guerra, ya que los salarios están subiendo en el entorno del 2,4%, por debajo de la inflación, y hay empresas que no están trasladando todo el alza del precio de materias primas y de la energía a sus productos y servicios.
Además, aseguró que sería «deseable que se evitaran fórmulas de indiciación automática de los salarios a la inflación pasada». Precisamente, esta cuestión enfrenta en la actualidad a sindicatos y patronal en la negociación de la evolución sobre salarios en convenio para los próximos años, ya que CEOE rechaza incorporar cláusulas de revisión salarial que garanticen el poder de los trabajadores, como exigen los sindicatos.
Igualmente, el gobernador abogó por que el pacto de rentas contemple «compromisos plurianuales concernientes a los incrementos salariales y a la protección del empleo», lo que «aportaría certidumbre a los hogares y a las empresas a la hora de tomar sus decisiones de gasto e inversión».
INFLACIÓN SUBYACENTE
En este sentido, resaltó que los compromisos de crecimientos salariales «deberían inspirarse en la inflación subyacente», la que excluye precios energéticos y alimentos no elaborados.
En marzo, la inflación se situó en el 9,8%, máximos desde 1985, mientras que la subyacente se quedó en el 3,4%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
«Estas recomendaciones se extenderían tanto a los incrementos de los salarios como, de acordarse, a las posibles cláusulas de garantía salarial. En el pasado, este tipo de prácticas ya fueron acordadas por los agentes sociales y se mostraron como una herramienta útil para sostener el empleo, mejorar la competitividad de las empresas y favorecer el crecimiento económico», enfatizó el gobernador del Banco de España.
Eso sí, pidió también «compromisos explícitos de moderación de los márgenes empresariales», porque «solo de esta manera la moderación salarial se trasladará efectivamente a la competitividad empresarial, a la vez que se limitará la traslación de los aumentos de los costes de los insumos energéticos al resto de bienes y servicios de la economía». En este sentido, apuntó la necesidad de «articular algún mecanismo para que esta moderación de márgenes sea verificable».