MADRID, 20 (SERVIMEDIA)
La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, mostró este miércoles el rechazo de España a la propuesta de la Comisión Europea que demanda una reducción del 15% del consumo de gas en los próximos ocho meses ante la posibilidad de que Rusia corte el suministro a los países europeos.
En una rueda de prensa, Ribera defendió que «no nos pueden exigir un sacrificio del que ni siquiera nos han pedido opinión previa» cuando «no hemos vivido por encima de nuestras posibilidades en materia energética».
Por ello, se comprometió a que «pase lo que pase las familias españolas no van a sufrir cortes de gas ni de luz en sus casas y el Gobierno va a defender la posición de la industria española, que ha pagado un precio especial para garantizar la seguridad de suministro».
Además, pidió a Bruselas que actúe bajo «los principios de «unidad, solidaridad y flexibilidad», aunque admitió que «Europa está en una situación crítica derivada de la invasión de Ucrania y de una política exterior de Rusia marcada por el chantaje energético».
En todo caso, aclaró que «no discrepamos de los objetivos y sabemos que tenemos que jugar un papel importante desde el punto de vista de la solidaridad pero la reducción de nuestro consumo no beneficiaría a otros países de la UE».
«De nada serviría que los industriales españoles no pudieran consumir gas si ese gas no puede ser absorbido por los hogares o la industria de otro país europeo», prosiguió la vicepresidenta, quien afirmó que «la forma más eficaz de colaborar es trabajando sobre lo que no tiene ningún otro Estado miembro de la UE: ser la puerta de entrada del 30% del gas natural licuado en la Unión».
A este respecto, destacó que un 20% del gas llegado a España en los últimos meses ha sido reexportado a otros países, por lo que defendió que la parte del gas que se acaba enviando a otros países europeos no debería computarse a la hora de calcular la cantidad a reducir del consumo.
De hecho, sostuvo que para alcanzar este objetivo global de reducción de un 15% en la Unión Europea, España podría mantener su consumo en los mismos niveles que ahora, algo que también podrían hacer Francia y Portugal.
«No puede ser que nos hagan sufrir por encima de lo que se les exige a otros socios comunitarios», sentenció Ribera, quien afirmó que «la propuesta de la Comisión puede ser un punto de partida, pero a nuestro juicio no es un punto de llegada».
De hecho, defendió que esta propuesta, que será analizada en un Consejo de Ministros de Energía el próximo martes, 26 de julio, debería ser tratada también por los jefes de Estado.