Ya empiezan a aparecer nuevamente las grúas en la anatomía de los barrios de nueva creación que quedaron en stand by desde 2007, cuando la crisis inmobiliaria y a la que llamaron la burbuja empezó a cobrarse con fuerza inmobiliarias y promotoras ante la falta de venta.
Durante estos años pasados se ha visto cómo la banca ha ido haciéndose con promociones que han ido vendiendo, abriendo una nueva vía de negocio que, hasta entonces, sólo estaba en manos de promotores que veían cómo se compraban sus viviendas a ritmos vertiginosos.
Pero cuando la crisis empezó a asomar, se vio cómo la falta de venta, el frenazo económico y las altas tasas de paro – muchas de ellas derivadas del propio sector inmobiliario – hacía que nadie se aventurara a la compra de nuevas viviendas ya como lugar de vida o como inversión.
Este último lustro, sin duda, ha sido el de los alquileres, algo que permitiera la movilidad en caso de necesidad, que no comprometiera con un banco.
Y precisamente puede que esa sea la diferencia. La confianza de la gente y las hipotecas que se han ido firmando durante el primer semestre de este año confirman la tendencia. El sector inmobiliario empieza a ponerse en marcha de nuevo. Pero, ¿has oído a algún conocido que ha encontrado un chollo y no sabes cómo?
Después de echar un vistazo a los portales de venta, a los periódicos o incluso llamando a los carteles, lo cierto es que los precios han bajado, sí, pero no se encuentran gangas fácilmente. Entonces ¿cómo se encuentran? Después de echar un vistazo a algún otro blog de subastas, tenemos claro que es ahí donde se pueden encontrar las mejores opciones de compra.
Esta nueva tendencia es la que se está haciendo un hueco entre los compradores. El negocio de las subastas es uno de los primeros referentes actualmente para la compra de vivienda a precios razonables.
La clave para las transacciones inmobiliarias y para las inversiones consiste, precisamente, en hacerse con las mejores oportunidades para de verdad conseguir esa ganga a la que todo comprador aspira.