Banco Santander anuncia el cierre del 13% de sus sucursales españolas

Desde luego, no ha sido la mejor noticia para la banca este primero de abril. La entidad presidida por Ana Botín, pero si viene a colación de lo que anunciábamos días atrás, que no todo parece tan idílico como lo pintan.

Por más que el BCE ha intentado mantener los tipos bancarios a la baja, lo cierto es que la gente vuelve a dejar de gastar como consecuencia de los nuevos rumores de recesión que acechan los mercados. Si a esto le sumamos que uno de los principales grupos financieros del norte de Europa se ha hecho eco de que, a falta de inflación, el Banco Central Europeo incluso se está planteando dar dinero a los ciudadanos para que gasten, nos pondríamos en un contexto más apropiado para dar esta noticia.

Según los sindicatos, el Santander ya les ha anunciado «una reestructuracion en la red y los servicios centrales que supondrá el cierre de 425 oficinas a lo largo de 2016, y un redimensionamiento de los servicios centrales de Santander España».

Malas noticias para la banca ante el también inminente recorte de personal que va a sufrir Bankia durante los próximos meses, algo que da que pensar sobre cuál será el futuro del sector bancario y la reconversión digital que va a ir sufriendo durante los próximos años.

Y es que lo que parece claro es que el banco, tal como lo hemos conocido, va a ir cambiando progresivamente ya que son los propios bancos los que también tendrán que apretarse el cinturón y abaratar costes inasumibles desde la época de mayor bonanza.

Según se ha podido saber, este año comenzarán a ponerse en marcha las oficinas multicanal, apoyándose de la tecnología para hacer que el banco, al igual que han ido otros sectores, acompañe al cliente y sea prácticamente a la carta. Esto también supondrá que las oficinas pasarán de tener dos o tres trabajadores para abrir espacios más grandes con mucha más concentración de personal, de forma que se rentabilice cada uno de los locales.

Habrá que ver finalmente cómo queda el recuento y si en vez de despidos serán prejubilaciones, pero parece que empieza a aclarar cuál será el futuro de la banca española y, sobre todo, del fin de sus años de derroche.