– Junto a la mala asignación de recursos, la falta de capital tecnológico o el marco regulatorio
MADRID, 19 (SERVIMEDIA)
El director General de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, destacó este miércoles que existe un «déficit muy significativo» del nivel de formación de empleados, empresarios y trabajadores autónomos en España en comparación con la zona euro que «condiciona el crecimiento de la productividad, la capacidad de innovar o la rentabilidad de la innovación».
Es uno de los motivos de la baja productividad en las empresas españolas que el experto mencionó en su exposición realizada en las jornadas ‘El problema de la productividad en la empresa española’ organizadas por la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme).
Gavilán destacó que la falta de productividad no es un «problema» en sí mismo, sino el «síntoma» de muchas «deficiencias y anomalías que interactúan entre sí» y que «hay que arreglar».
Otra de las causa señaladas por el economista es la «mala» asignación o reasignación de recursos. En este sentido, señaló que en el ‘boom’ expansivo anterior a la crisis financiera de 2008 la asignación de recursos fue «muy mala» y, aunque en los últimos años se ha «contenido», España sigue «lejos» del inicio de este proceso.
Así, indicó que un canal para la reasignación de recursos es la entrada y salida de las empresas, y argumentó que si la tasa de salida de empresas en un sector es alto, la productividad de ese sector «también aumenta» salvo cuando la tasa es «extraordinariamente alta». «Tenemos que garantizar que haya canales para que reasignen recursos eficientemente de las menos productivas a las más productivas y un canal para conseguirlo es facilitando la entrada y salida de empresas», señaló.
También señaló la «carencia» de capital tecnológico o los «insuficientes» esfuerzos innovadores como otra causa, enfatizando que los niveles de inversión pública y privada se encuentran «muy por debajo» de los países del entorno, aunque la inversión pública se verá favorecida por los fondos Next Generation-EU. Además, apuntó que no solo las empresas «invierten poco» sino que el porcentaje de empresas que invierten es «más reducido» que en otros países.
Gavilán subrayó como otro elemento sobre la falta de innovación que la pequeña empresa «no se está beneficiando por el avance de la digitalización», aunque destacó que el impacto del programa Kit Digital será «muy interesante» de analizar.
En cuanto al tamaño de las empresas, aseguró que España es una «singularidad» en Europa ya que solo las empresas griegas tienen un tamaño más pequeño. Además, incidió en que son las empresas españolas pequeñas las que presentan «un diferencial de la productividad más negativo respecto a sus equivalentes europeas», pues las grandes son igual o incluso más productivas.
No obstante, mencionó un estudio del Banco de España que analizaba la relación entre la productividad y el tamaño. Así, apuntó que cuando «hay un shock de productividad, las empresas crecen; sin embargo, cuando hay un shock de tamaño no necesariamente eso acaba repercutiendo en una mayor competitividad».
MARCO REGULATORIO
Para el economista, todas estas cuestiones se ven influidas, en última instancia, por el marco regulatorio e institucional. Gavilán subrayó que una cuestión «importante» es el volumen y complejidad del propio marco, que en los últimos años «ha aumentado», lo que provoca un «efecto negativo» en la capacidad de crecimiento de las empresas.
Asimismo, mencionó cuestiones como los umbrales regulatorios que provocan que empresas «prefieran mantenerse pequeñas» para no hacer frente a una serie de obligaciones o la financiación empresarial, cuya dependencia de los bancos se pudo observar en la crisis financiera de 2008. «Es bueno dotar a las empresas y especialmente a las pequeñas de fuentes de financiación diversificadas y alternativas que les permitan acometer distintas inversiones», señaló, pidiendo que se potencie la financiación de empresas de capital riesgo para inversiones «arriesgadas».
También destacó leyes cuya reciente aprobación valora de forma «positiva», como la ‘Ley Crea y Crece’ o la reforma de la Ley Concursal, que ahora tienen que demostrar que «efectivamente producen un cambio estructural».
Por último, se refirió a los problemas del mercado laboral y el sistema educativo, aunque apuntó que es «pronto» para hacer una valoración de los efectos de la reforma laboral, e indicó que deben esperar para ver si la Ley de Formación Profesional es «una palanca que cambia estructuralmente las deficiencias que habían detectado las empresas».