Todo el mundo puede necesitar un abogado en algún momento de su vida. Estamos en un estado de derecho y hasta los procedimientos más aparentemente simples pueden tener trascendencia legal. No hace falta cometer un delito; una relación laboral compleja, un problema administrativo o un divorcio pueden provocar un conflicto que requiera la intervención de un profesional.

Pero contratar un abogado no es como ir a un supermercado y elegir. Son varios los factores que intervienen en el proceso.

Especialización

Los abogados no sirven para todo. En el mundo del derecho, como también ocurre en la medicina, hay especializaciones y es importante tenerlo en cuenta a la hora de buscar.

La mayoría de gabinetes de abogados, como ocurre en GD Legal, disponen de profesionales especializados en diferentes disciplinas: mercantil, laboral, procesal, fiscal, etc. De esta manera, cualquier consulta relacionada con el derecho tendrá la respuesta adecuada.

Honorarios

Cada abogado o bufete de abogados tiene unas tarifas distintas. Al tratarse de una actividad privada, no existe un criterio general, cada uno puede aplicar los precios que estime oportunos. Antes de decidirse por un abogado u otro, conviene consultar este aspecto porque las diferencias pueden ser abismales. Los abogados más prestigiosos cobran cifras astronómicas, pero no siempre el más caro es necesariamente el mejor.

En caso de duda, la mejor recomendación es buscar las opiniones de otros clientes. Si necesita un abogado en derecho procesal para particulares, pregunte y busque referencias. En muchos casos, la confianza es más importante que la publicidad o la fama y esa confianza se gana con honestidad y buena práctica profesional.

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No se corte a la hora de preguntar tarifas y procure que todos los conceptos que puedan influir en el precio queden perfectamente claros. Al fin y al cabo, quien paga es usted, y de la misma manera que no aceptaría tarifas exageradas en otros servicios, tampoco debe hacerlo con los abogados.

Costes adicionales

Los costes de los procedimientos legales incluyen muchos conceptos. Además de la minuta del abogado, en muchos casos habrá contratar un procurador y están pendientes los costes judiciales. Consulte todos estos aspectos antes de tomar decisiones.

Primer contacto: ¿conservación por teléfono o cita en persona?

No hay un criterio prefijado en este aspecto. Algunos profesionales responden a los primeros interrogantes de sus clientes vía teléfono y después establecen una cita. De esta manera, el interesado ya tiene una idea clara de las tarifas que le van a cobrar y obtiene una pincelada de información sobre el procedimiento a seguir en cada caso.

Otros bogados prefieren citar directamente al posible cliente. Si se encuentra en ese caso, pregunte si esa primera consulta va a ser gratis. Algunos gabinetes no cobran la primera visita, pero otros sí lo hacen.

¿Cómo se prepara la cita con el abogado?

Por lo general, las consultas con los abogados no duran demasiado tiempo. Todo dependerá de la complejidad del caso, pero lo normal es que una reunión con el abogado no se demore más allá de 15 minutos o media hora. Por eso es importante acudir a la cita con todos los deberes hechos, aportando los datos y la documentación que le hayan solicitado previamente. Y apunte en un papel todo lo que desee preguntar. El tiempo es oro.

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